Quiero vivir para siempre
en torre de tres ventanas,
donde tres luces distintas
den una luz a mi alma.
D. Manuel Altolaguirre
En la mitad del libro
abrió las manos;
lucia fría la mañana
de un otoño de primaveras,
y la voz del alma
se alzaba,
hasta los mas altos andamios
del Trino etéreo.
Cuarenta manos
para tus manos,
cuarenta risas
para tus labios,
cuarenta corazones
para tu alma.
Un alma
para tus cuarenta soledades.
De la cama,
entre las sabanas
la vida brotó
en forma de nueve
risas,
esencia de lo que eres,
tu vida, tu alma,
tu ser, tu sangre.
Tu esperanza y tus ojos.
Nueve ojos, nueve risas,
nueve vidas, nueve esperanzas
paridas con la fuerza de tus entrañas
día a día, risa a risa,
lagrima a lagrima.
De la melodía
mecánica salto la palabra
del hombre que te ama,
sentimiento apresado en las ondas
que encarcela nuestras almas.
De las viejas manos
trabajadas y forjadas
en la forja milimétrica
del acero templado,
saltó la mirada del padre
que todo lo dice,
todo lo calla.
Del amor universal
de quien todo lo ama,
surgió la voz
de las entrañas,
madre, alma, amiga,
que en un corrillo juega
entre cuarenta años de vida
a sentir el universo
en el trino de sus hijas.
De la esperanza del mañana
salió la promesa
de la distancia,
el regalo a una hija
a una hermana,
y de nuevo
nueve inmaculada blanca,
que te ofrece la esperanza.
Y de nuevo,
cuando en el mañana
la risa, la esperanza,
luzca en una nube
-blanca-
para comer el pan
de ayer, de hoy y de mañana
sentirás el calor
que se disipa en la distancia.
Y en la mitad de la vida
vivir, mirar
y sentir
que atrás quedó
lo que por delante se espera.
Y en la mitad del libro,
Vivir, mirar
y sentir,
que cada página en blanco
espera tus manos
para escribir
lo que será y no ha sido.
Sevilla, 14 de noviembre de 2010
Gracias por este hermoso regalo.
ResponderEliminarUn beso
Felicidades señorita oriental, muchos besitos y un gran abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias alexia, eres un SOL.
ResponderEliminarBesos para ti, saludos a All.